jueves, 17 de enero de 2019

“Observatorio del tratamiento informativo, publicitario y de contenidos en medios de comunicación audiovisual, en materia de igualdad de género”

El poderoso desarrollo actual de los medios de comunicación de masas y la sociedad del conocimiento, han propiciado una compleja red informativa a nivel global en donde confluyen conocimientos, ideologías, pensamientos, hábitos, adoctrinamientos, patrones culturales antiguos y nuevos, etc...Una gigantesca e interconectada comunidad de usuarios generando, absorbiendo y difundiendo “culturas”, “valores”, “mitos”, “filosofías”, “psicologías”, “educación”, “ciencia”, “artes” y experiencias novedosas junto a herencias continuistas de todo tipo y valor. La comunicación se ha convertido en “la cultura” por excelencia con sus pros y sus contras, sus verdades y falsedades, sus luces y sus sombras. Donde haya un atisbo cultural, allí aparece vertiginosamente su proceso de comunicación, difusión, absorción o rechazo. La mujer se ha incorporado al universo de la comunicación a través de sus múltiples modalidades. En ocasiones como agente activo y en otras –la mayoría- como sujeto pasivo, sufriendo las desigualdades propias de quien no posee el control del sistema. La publicidad, el cine, la TV, la radio, nos han ofrecido y continúan haciéndolo hoy, un arquetipo femenino aplantillado y con valores de desigualdad y utilitarismo, cuando no de servilismo sexual como icono a conquistar e imitar. Siempre ocupando un plano inferior al del hombre. El lenguaje, las imágenes, los modos, las músicas, los escenarios... se han diseñado y utilizado con estereotipado y obsesivo ritualismo de utilidad machista, buscando resaltar en la mujer solo un aspecto de su personalidad y olvidando el resto. En este marco de poderosa intervención e influencia de los medios de comunicación para con las personas en la época contemporánea, con modelos fácil y rápidamente reproducibles, imitables y perpetuados hasta la saciedad a través de sucesivas generaciones, surge el presente proyecto, con la necesidad de revisar las estructuras de esos arquetipos o modelos que se nos ofrecen a diario en los medios de difusión de información y contenidos. Una observación y un análisis de los mismos se hace necesario para replantear la naturaleza comunicativa y la veracidad e integridad de los esquemas femeninos y la correcta y equilibrada valoración de su imagen, expuesta audiovisualmente a la civilización. Es prioritaria la necesidad de la formación femenina en el ámbito de la comunicación de masas, siempre desde una perspectiva de género, y con el claro propósito de alcanzar la lucidez para separar lo esencial de lo superfluo y reposicionar a la mujer con la imagen y la dimensión que posee ancestralmente y que también desde los ancestros le ha sido sustraída.

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